El verdadero líder crea a su alrededor todo un ecosistema de seguridad y confianza, predica con el buen ejemplo y lleva a sus seguidores a sentirse en libertad para expresar y materializar sus opiniones y su creatividad.
Un líder no necesariamente debe estar conforme siempre con todos sus subordinados y las opiniones de los mismos, sino que, ante la diversidad de ideas y propuestas debe actuar como filtro y saber identificar el talento y el ingenio allá donde nace y hacerlo crecer regándolo con confianza y respeto.
Para un líder sus colaboradores son el tesoro más preciado y, crear para ellos un ambiente en el que puedan desarrollarse y crecer profesionalmente, participando y contribuyendo en el éxito de la empresa, es objetivo principal. Asegurar la adaptabilidad a su medio de los seguidores hace que estos sean más activos y tengan confianza y seguridad para explotar y mostrar su creatividad, lo que resulta muy positivo para logras la meta que el líder marca al equipo.
Ser líder significa aprovechar al máximo las virtudes de su equipo de trabajo. Si el ambiente propicia que el equipo se sienta valorado, tanto en conjunto como cada uno de los miembros individualmente, la productividad sin duda se verá incrementada.
Estableciendo un feedback entre todos los componentes el equipo funcionará y caminará hacia el éxito.
Confianza y credibilidad son los dos pilares sobre los que se sustenta la figura del líder, las bases pues para la creación de un trabajo en equipo productivo y satisfactorio, son estas.
Un lazo de confianza, credibilidad, respeto y valores corporativos que unen a líder y seguidores y que posibilitan un funcionamiento óptimo del grupo de trabajo.
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